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Trump y su peligrosa intención de intervenir en México: una amenaza a nuestra soberanía

  • Redacción
  • 23 dic 2024
  • 2 Min. de lectura
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La reciente postura del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, de considerar a los cárteles del narcotráfico mexicanos como grupos terroristas, es una nueva amenaza de injerencia en los asuntos internos de nuestro país. Es inaceptable que, bajo el pretexto de combatir el crimen organizado, se utilicen tácticas militares para intervenir en México, una nación soberana. En un momento en que las relaciones entre ambos países ya están marcadas por la tensión, cualquier intento de intervención violaría nuestra autonomía y pondría en peligro la estabilidad diplomática entre los dos pueblos.


Como bien señala Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, el argumento de Trump no solo es falso y despectivo, sino también peligrosa. México no acepta que se nos acuse de proteger al narcotráfico, cuando en realidad, las políticas estadounidenses han sido parte fundamental en la creación de esta crisis. La guerra contra las drogas impulsada desde Washington ha sido un fracaso rotundo, y su política de criminalización y militarización solo ha exacerbado el problema. No podemos permitir que se utilicen estos pretextos para justificar una invasión militar disfrazada de lucha contra el crimen.


Es un despropósito pensar que los Estados Unidos, con su histórico intervencionismo, tienen el derecho de dictar el rumbo de los países de América Latina. La soberanía de México debe ser respetada, y cualquier intento de Washington de ejercer su poder sobre nuestra nación solo fortalecerá la resistencia y el rechazo de los mexicanos a políticas externas que no respetan nuestras decisiones internas. Además, la situación de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos, quienes sufren constantes amenazas de expulsión y discriminación, es otro claro ejemplo de las políticas destructivas de los republicanos, que lejos de buscar soluciones, agravan el sufrimiento de miles de familias que han sido parte integral de la sociedad estadounidense por décadas.


México no necesita una intervención extranjera para resolver sus problemas. Lo que necesitamos es justicia social, políticas de desarrollo y un enfoque que ataque las causas estructurales de la violencia y la pobreza. No permitiremos que, bajo la excusa del combate al crimen, se vulneren nuestros derechos y se ponga en riesgo nuestra soberanía.

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