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Marco Bonilla cierra el año incumpliendo sus promesas: otra decepción para Chihuahua

  • Redacción
  • 30 dic 2024
  • 2 Min. de lectura
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El alcalde de Chihuahua, Marco Antonio Bonilla Mendoza, cierra su cuarto año de gobierno con otra promesa incumplida que expone, una vez más, su falta de compromiso con las necesidades reales de la ciudadanía. En esta ocasión, el engaño recae sobre los policías municipales, quienes, pese a ser la primera línea de defensa contra la inseguridad, seguirán recibiendo salarios que están lejos de dignificar su labor, como él mismo prometió en campaña.


Cuando buscaba reelegirse como alcalde, Bonilla prometió un salario de 22 mil pesos mensuales para los policías municipales. Sin embargo, el aumento anunciado apenas llegará al 8%, dejando el sueldo en 18 mil 612 pesos. Este incremento no solo está muy por debajo de lo prometido, sino que también resulta inferior al 12% del aumento al salario mínimo general que entrará en vigor en 2025.


El argumento de que "no hay recursos" simplemente no se sostiene. El presupuesto de la Dirección de Seguridad Pública Municipal aumentará 22.33%, pasando de 1,406 millones a 1,720 millones de pesos. Entonces, ¿por qué ese aumento no se traduce en una mejora sustancial para los policías? La realidad apunta a un problema de prioridades y una mala planeación del gasto público.


La gestión de Bonilla Mendoza ha sido un cúmulo de promesas rotas. En sus primeros tres años, también incumplió su compromiso de construir un nuevo relleno sanitario, mientras culpa al Gobierno federal por su propia incapacidad para gestionar los recursos locales. Alega que la eliminación del Fortaseg redujo los fondos para seguridad, pero los datos muestran que los recursos federales destinados a seguridad en Chihuahua han crecido un 32.4% en los últimos tres años.


Este tipo de gobernanza refleja una falta de voluntad política que deja claro que Marco Bonilla prioriza la propaganda sobre los resultados. Las y los policías municipales, que constituyen el 80% de la plantilla de la Dirección de Seguridad Pública, seguirán enfrentándose a la inseguridad con sueldos insuficientes, mientras el alcalde sigue justificándose con excusas vacías.


El incumplimiento de Bonilla no es un tema menor; pone en evidencia la desconexión entre el gobierno local y las necesidades de quienes enfrentan día a día los retos de seguridad en nuestra ciudad. Los ciudadanos de Chihuahua merecen líderes que cumplan sus compromisos y trabajen por el bienestar colectivo, no políticos que utilicen las promesas de campaña como herramientas de marketing.


Es hora de exigir rendición de cuentas. Porque cuando un alcalde cierra el año incumpliendo promesas fundamentales, quienes realmente pagan el precio son los ciudadanos.

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