El desprecio de Maru Campos por la Sierra Tarahumara: abandono, opacidad y simulación
- Redacción
- 20 dic 2024
- 2 Min. de lectura

La Sierra Tarahumara, una de las regiones más vulnerables de Chihuahua, ha sido relegada al olvido bajo el mandato de la gobernadora panista María Eugenia Campos Galván. Su gestión, marcada por viajes ostentosos al extranjero y una retórica vacía, deja en evidencia su incapacidad y falta de interés por atender a los pueblos indígenas que allí habitan.
En más de tres años de gobierno, Campos Galván ha visitado solo 10 de los 23 municipios de la Sierra Tarahumara, mientras ha pasado 62 días en el extranjero, supuestamente para promover inversiones. Este contraste no solo es indignante, sino que muestra un claro desprecio hacia las comunidades indígenas que enfrentan condiciones de alta marginación, violencia y abandono.
La simulación del apoyo a los pueblos indígenas
Las visitas de la gobernadora a la Sierra han sido superficiales, reduciéndose a eventos de entrada por salida, como si el simple hecho de posar para la cámara resolviera los problemas estructurales de la región. Su gestión se limita a entregar maíz y frijol, como si las comunidades ralámuli no necesitaran proyectos de inversión, servicios de salud dignos, infraestructura educativa y seguridad.
Mientras tanto, la violencia y el desplazamiento forzado siguen marcando el día a día de municipios como Guadalupe y Calvo. Los niños continúan muriendo por desnutrición y falta de atención médica, sin que haya una estrategia clara para revertir esta tragedia.
El doble discurso de Campos Galván
En su publicidad, la gobernadora presume de compromisos con la Tarahumara, pero los hechos cuentan otra historia. No hay obras nuevas en infraestructura, salud o educación. Tampoco existe una política ambiental para proteger los bosques de la región, esenciales para la vida de sus habitantes.
En contraste, sus viajes al extranjero —a destinos como Inglaterra, Francia, Taiwán y Estados Unidos— son presentados como grandes logros de su administración. Sin embargo, los resultados de estas giras son opacos. El Gobierno del Estado ha clasificado como reservada la información sobre los costos, resultados y acompañantes de estos viajes.
Sheinbaum: un contraste contundente
Mientras la gobernadora se pasea por el extranjero, la presidenta Claudia Sheinbaum dará un paso histórico al visitar la Sierra Tarahumara para firmar decretos que reconocen la propiedad comunal de las tierras de comunidades ralámuli y evaluar el Plan de Justicia para los pueblos de la región. Este tipo de acciones, que atienden las demandas históricas de los pueblos indígenas, muestran lo que significa un gobierno comprometido con la justicia social.
La Sierra Tarahumara no necesita promesas, necesita soluciones
El abandono de la Sierra Tarahumara por parte de Maru Campos no es un simple descuido, es una política de exclusión deliberada. Su administración ha privilegiado los viajes de lujo y los intereses de las élites, dejando a las comunidades más vulnerables de Chihuahua en el olvido.
La Tarahumara no necesita migajas ni discursos vacíos. Necesita un gobierno que invierta en su gente, que construya hospitales, escuelas y carreteras; que garantice la seguridad y proteja sus recursos naturales. Campos Galván ha demostrado que no está a la altura de este reto.
La Sierra merece más. La Sierra exige justicia.
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